Todo el tiempo recibimos información, a través de los noticieros, acerca de niños o niñas que fueron agredidos en alguna parte del mundo, ya sea en la escuela, en sus casas o en las mismas calles. Otros sufren la explotación laboral por necesidad económica, a causa de la guerra, el desplazamiento o viven en campos de refugiados. Todas estas situaciones comprometen sus vidas en forma permanente, por lo que es imperativo dar prioridad al bienestar de la infancia y construir espacios pacíficos para su desarrollo.