Al cumplirse un año de la celebración nacional del Día de la Madres en los Estados Unidos, en 1909, una mujer llamada Sonora Smart Dodd, escuchaba el discurso de homenaje y pensó que los padres también merecían un festejo igual. Ella provenía de una familia en la que ella y sus cinco hermanos habían sido cuidados por su padre, cuando su madre murió durante el parto de su último hijo. El viudo William Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil, se dedicó con abnegación a criar a sus hijos con la ayuda de su hija Sonora de 16 años.