Los europeos descubrieron el tabaco en sus viajes de exploración a lo que llamaron el Nuevo Mundo. Desde tiempos remotos, se cultivaba en las Antillas, en Los Andes y en Norteamérica dónde se usaba en ceremonias religiosas, celebración de ceremonias maritales, de nacimientos o como señal de cierre de acuerdos, todos conocen la expresión «fumar la pipa de la paz». Los europeos se fascinaron con el sabor que esta planta despedía al quemarla e inhalarla por la boca, así que pronto adquirieron el hábito de fumar cigarros, es decir, rollos de tabaco deshidratado, también llamados puros, habanos, o tabaco en pipas y promovieron extensos cultivos de esta planta en las Américas para comercializarlo.