Desde tiempos antiguos la música ha sido un recurso para el consuelo: evoca momentos de alegría o de tristeza, así como deseos de buena fortuna. Los antiguos mexicanos utilizaban el canto del Xochipitzahua, que significa menudita flor. Se ejecutaba en todo tipo de celebraciones, de la vida y la muerte. Hasta nuestros días, en muchas comunidades de habla náhuatl, se usa como ritual para purificar los nacimientos, bautizos, casamientos, santorales y funerales.