La psicoterapia Gestalt, según sus estudiosos, ofrece la técnica llamada la silla vacía con el propósito de sanar emociones que han quedado en conflicto o asuntos inconclusos que no pudieron resolverse con ciertas personas y es muy útil cuando se trata de seres queridos ausentes. El ejercicio en terapia consiste en sentarse frente a una silla vacía e imaginar que ahí está sentada la persona con la que tenemos asuntos por resolver y se trata de hablar como si estuviera escuchando. Muchas personas han dado testimonios de una experiencia liberadora al expresar sentimientos y emociones oprimidas a quien por diversas razones no pudieron decirlas en presencia real.