En el primer año de este siglo ocurrió lo que se ha calificado como el ataque más mortífero en la historia de la humanidad, en la inolvidable mañana del 11 de septiembre. Una transmisión mediática y casi en tiempo real reportaba sobre los cuatro aviones comerciales que fueron secuestrados y desviados de sus rutas para dirigirse a objetivos específicos, en acciones que se calificaron como terroristas.