En los últimos años de su vida, el prodigio musical Wolfgang Amadeus Mozart decidió iniciar una vida freelance en Viena. Renuncia a trabajar en exclusiva con la corte de Salzburgo para atender obras por encargo y vender aquellas creaciones que realmente complacen su genio. Sin embargo, su economía se merma, vive al día y no logra convertirse en un músico rico a pesar de su inmenso talento.