Las mujeres que viven en las comunidades rurales de los pueblos originarios cumplen funciones de gran importancia en el ciclo vital de su población. Participan en las actividades agrícolas, de crianza de animales, son cocineras, tejedoras, comerciantes, sanadoras, parteras, madres, esposas y contribuyen a organizar todas las ceremonias religiosas tradicionales en las que se incluyen los funerales y rituales posteriores.