La pérdida de una madre representa uno de los dolores más terribles que una persona puede sufrir. Nuestra cultura ha colocado el rol materno en un lugar privilegiado e indispensable, porque además de proveer la vida, es protectora, educadora y la que alimenta, por ello es tan difícil sobrevivir a su ausencia.
¿Cómo hablar del duelo con los niños?
Hace años, los niños jugaban en los jardines o en el campo, cerca de la naturaleza y observaban los ciclos vitales. Tenían una convivencia más cercana con los seres queridos: a los abuelos los acompañaban en sus enfermedades y cuando morían, los funerales se realizaban en las casas. En nuestro tiempo, a pesar del acceso a la información mediática, los avances médicos y la migración constante, los niños se han alejado del conocimiento de la muerte y de la forma como se vive el duelo a lo largo de la vida.