De morir nadie se escapa
Amparo Ochoa, La Calaca
Llevamos el mismo fin
En petate o en petaca
Esta temporada está llena de festividades que se asocian al fin de las cosechas de verano y a la renovación de la naturaleza. En diversas tradiciones alrededor del mundo, se sabe que los muertos se animan y se acercan a las personas vivas.
La tradición anglosajona de Samhain o Halloween significa la Víspera de Todos los Santos y representa el comienzo del nuevo año para la cultura celta. Su forma de celebración se remonta a 3000 años de antigüedad, donde se creía que los difuntos caminaban entre los vivos como fantasmas. Las personas organizaban rituales para hacerlos volver al camino de la eternidad, uno de ellos era vestirse con disfraces y máscaras para emular a los espectros. Esta costumbre llegó a América del Norte con la migración irlandesa y se ha arraigado en varios países del continente.
Las sociedades en las Américas, antes de la conquista europea, tenían una religiosidad relacionada con la creencia de la vida más allá de la muerte y la periódica presencia de los finados entre los vivos. La iglesia católica, con su evangelización, unificó todas estas creencias en el primer día de noviembre que, desde el siglo X, era para recordar a los primeros santos que murieron por la defensa de la religión y el segundo día era dedicado a los fieles difuntos.
De esta manera se crearon sincretismos, e interesantes tradiciones, en las que se involucran reuniones familiares, alimentos, ceremonias y el recuerdo de los que se han ido.
En Guatemala, las personas suelen visitar los cementerios desde el 1º de noviembre, arreglan los sepulcros de sus parientes y dejan flores. En casa prepararán un exquisito y laborioso platillo llamado fiambre, un nombre muy adecuado para la época, que lleva trozos de pollo, sardinas, carne seca, chorizos, salchichas, queso, aceitunas, alcaparras, verduras y remolacha que pinta de morado todo el guiso y que comparten en familia.
En algunas comunidades de Colombia, celebran el 2 de noviembre como Día de los Santos Difuntos. En la zona del Pacífico, de influencia afrodescendiente, se les canta arrullos a los muertos. Las personas visitan los cementerios y llevan arreglos florales con el propósito de ayudar a las almas, que se encuentran en el purgatorio, a llegar al cielo según el catolicismo. Estas creencias de los pueblos originarios se han ido diluyendo con paso del tiempo.
En Cartagena de Indias y otras ciudades se hace una celebración llamada Ángeles Somos, para rezar por los fallecidos en todas las casas. Es una actividad que consiste en que los niños salgan a las calles, cargados de ollas, para recolectar comida que ofrecen sus vecinos y cocinar un platillo llamado sancocho, que es una sopa tradicional elaborada con carnes o pescado, además de papas, yuca, ñame y plátano; este se degusta en comunidad durante estos días.
En Brasil se conjugan las celebraciones europeas, las tradiciones africanas y la influencia del budismo, por la abundante migración japonesa en aquel país del sur, dando paso a lo que llaman en portugués Dia dos Finados, es decir, Día de los Muertos. Las personas de todas las tradiciones acuden a los cementerios para recordar a sus difuntos y llevan flores. Hoy en día son las personas mayores quienes cultivan esas costumbres y, en las nuevas generaciones, se va perdiendo.
Son pocas las sociedades que niegan existencia de la vida eterna y, sea cual sea la costumbre o tradición, siempre es un buen momento para reflexionar sobre la muerte, fomentar el diálogo entre las familias de diversas generaciones para expresar los sentimientos, temores y creencias de todas las personas.
En Del Pueblo Funeral Home, te recomendamos visitar la guía de festejos en noviembre a través de la página Hola Houston, y disfrutar de la diversidad cultural que la ciudad ofrece para mantener en el recuerdo a los que nos antecedieron y nunca olvidarles. Así, te recordamos que hacemos fáciles los momentos más difíciles.
(Agradecemos a nuestros informantes para llevar a cabo la investigación de este artículo: Marina Moela de Brasil, Carlos Rueda de Colombia y Gloriana González de Guatemala).