El miedo a la muerte es una de las preocupaciones más arraigadas en la condición humana. Se considera normal experimentar cierto nivel de ansiedad o inquietud con respecto a ella, cuando estamos en situaciones o lugares que nos enfrentan a nuestra propia impermanencia o mortalidad, por ejemplo, hospitales, hospicios, funerales o entierros.
Sin embargo, este miedo saludable puede fácilmente desproporcionarse si se viven sucesos traumáticos. Por lo tanto, es importante aprender a identificar cuándo este miedo empieza a interferir en nuestra vida y a ponernos en un estado de alerta constante.
¿Qué es el miedo a la muerte?
El miedo a la muerte, en términos psicológicos, puede entenderse como la angustia asociada a la finitud de la existencia. Es un mecanismo de defensa frente a lo desconocido, que, en ocasiones, es beneficioso porque nos motiva a prolongar la salud (y, por lo tanto, la vida), a partir del cuidado de la salud y evitando situaciones dañinas o peligrosas.
No obstante, en algunos casos el miedo a la muerte se experimenta como un terror absoluto, casi irracional. Esto debido a situaciones como el fallecimiento repentino de un ser querido, un duelo no resuelto o algún accidente o enfermedad que nos puso muy cerca del final de la vida.
A esta sensación se le conoce como tanatofobia, y, como cualquier otra fobia, se manifiesta a través de síntomas particulares, como palpitaciones, dificultad para respirar, náuseas o mareos. A menudo está relacionada con otros tipos de ansiedad, como trasto de estrés postraumático, de pánico o estrés por alguna enfermedad.
¿Qué factores sociales y culturales impactan en el miedo a la muerte?
Además de las experiencias personales, hay elementos culturales, religiosos y sociales que influyen en la percepción y el manejo del miedo a la muerte, particularmente en las comunidades hispanas.
Religión: para algunos, la fe católica ha provocado temor a la muerte por sus enseñanzas sobre el juicio final; ahí seremos juzgados por nuestras palabras, acciones y pensamientos, y llevados al paraíso o al infierno. A otros les ha ayudado a reducir sus niveles de ansiedad y combatir la incertidumbre, ya que asegura una existencia después de la muerte.
Familia: la comprensión y aceptación de la muerte, o, por el contrario, su temor, depende de cómo lo aborde la familia desde edades tempranas. Puede ser de manera abierta y franca, o puede ser un tabú. Por otro lado, la dependencia excesiva de la familia (particularmente, económica) también puede generar una mayor vulnerabilidad emocional.
Experiencia de lucha: eventos traumáticos, como guerras, hambruna, epidemias, separación forzada de la familia, crea trastornos de estrés postraumático o de pánico que puede derivar en miedo a la muerte.
Herramientas de afrontamiento del miedo a la muerte
Para afrontar el miedo a la muerte, es fundamental identificar y comprender las emociones asociadas a este temor. Se puede tener miedo a una muerte repentina o prolongada (en el caso de los enfermos terminales); a una muerte dolorosa o muy agresiva (como un accidente); a lo desconocido; o por miedos arraigados de experiencias pasadas.
Ante cualquiera de estos motivos, las intervenciones terapéuticas son esenciales para gestionar este miedo de manera saludable. Aun así, compartimos otras herramientas e información que pueden ayudarte a afrontar el miedo a la muerte.
- Los ancianos presentan una baja ansiedad al rededor del tema de la muerte, pero sí un mayor miedo al proceso de morir. La preparación y acompañamiento médico o religioso —por ejemplo, con cuidados paliativos de haber una enfermedad de por medio—, resultan eficaces para reducir el temor a la muerte.
- Realiza lecturas en torno a la muerte desde una perspectiva filosófica, espiritual y psicológica. Algunos títulos son La muerte: un amanecer de Elisabeth Kübler-Ross, El arte de morir de S. N. Goenka y El libro tibetano de la vida y de la muerte de Sogyal Rimpoché.
- Mantener un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio regular, puede ayudar a reducir la ansiedad y promover el bienestar emocional. Lo mismo si liberamos las emociones a través del arte, la escritura o la música.
- Practicar mindfulness y meditación puede ayudar a desarrollar una mayor aceptación del presente y de la impermanencia del cuerpo. Algunas variantes del yoga trabajan este tipo de experiencias, a partir de conceptos como la ignorancia, el ego, la repulsión y el apego instintivo a la vida.
- La epopeya de Gilgamesh (2000 a.C.) se considera la primera narración escrita que menciona el miedo a la muerte y la búsqueda continua por la inmortalidad.
Comprender y abordar el miedo a la muerte de manera integral es esencial para promover el bienestar psicológico: aliviar la incertidumbre, los pensamientos compulsivos y reconciliarnos con nuestra propia finitud a partir de la capacidad de gozar la vida. Ante este proceso natural de la humanidad, en Del Pueblo Funeral Home estamos cerca de ti para hacer más fáciles los momentos difíciles.