A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo,
Alphonse de Lamartine
dos corazones en el mismo ataúd
Desde tiempos antiguos la música ha sido un recurso para el consuelo: evoca momentos de alegría o de tristeza, así como deseos de buena fortuna. Los antiguos mexicanos utilizaban el canto del Xochipitzahua, que significa menudita flor. Se ejecutaba en todo tipo de celebraciones, de la vida y la muerte. Hasta nuestros días, en muchas comunidades de habla náhuatl, se usa como ritual para purificar los nacimientos, bautizos, casamientos, santorales y funerales.
Cada 22 de noviembre, en muchos países se celebra el Día Mundial de la Música y, en el mundo cristiano, se venera a Santa Cecilia, una virtuosa mujer que recurrió a la música como oración en su camino de martirio y santidad. En las Américas, se dice que el país pionero en celebrar este día fue Brasil, que lo conmemora desde 1920, y de ahí se extendió a otras regiones del continente.
Dentro de la misma tradición de musicalidad, podríamos considerar el toque de las campanas de las iglesias, que anuncian cuando una persona recién ha fallecido y se convoca a la gente a participar de sus funerales, lo cual ocurre en muchas comunidades de América Latina y el mundo.
Dicen que las coincidencias no existen, pero un 22 de noviembre de 1901, falleció el compositor Genaro Codina, autor de la Marcha de Zacatecas, una pieza que tiene el poder de evocar la historia épica de México.
En esta entrega hacemos un breve recorrido por algunas de las piezas musicales que nos hacen recordar a los que se han ido y, al mismo tiempo, funcionan como bálsamo para el duelo.
La canción Si Dios me quita la vida, de Luis Demetrio, fue un éxito de los años 60 que, interpretada por Javier Solís, ha sido calificada como un himno de amor para la eternidad. El cantante murió a los 34 años a causa de una complicación en la vesícula. Su compañera, Blanca Estela Sainz, comentó que en muchas ocasiones le decía: «Tú lo verás, no voy a llegar a viejo».
Amor eterno, de Juan Gabriel, es una famosa melodía que él mismo compuso en los años 70, y fue una pura expresión del dolor provocado por la pérdida de su madre, Victoria Valdez Rojas. El compositor recibió la noticia de su fallecimiento mientras se encontraba en Acapulco, lejos de ella. Decía que su canción era una oración de amor y se ha convertido en el motivo para recordar a las madres fallecidas.
Un puño de tierra, del compositor Carlos Coral, tiene una letra llena de verdades contundentes para la vida y es un llamado a vivir en el presente. Aquí presentamos la interpretación de Antonio Aguilar, de 1988.
Gracias a la vida, de la cantante, compositora y artista visual Violeta Parra, es una reflexión sobre lo humano. Parra fue también una importante promotora de la música tradicional de su país, Chile. En aquella nación, el Día de la Música y de los Músicos Chilenos, se señala cada 4 de octubre, en honor al nacimiento de la artista. Se dice que alguna vez comentó con una amiga «Uno, comadre, tiene que decidir el momento de su muerte… decidiré el momento en que quiero morir», y terminó con su vida a los 49 años en 1967, un año después de componer esta canción.
El duelo tiene muchas formas de manifestarse debido a las pérdidas constantes que vivimos, una de ellas es perder la libertad e ir a prisión. En 2019, Los Tigres del Norte, una banda de gran influencia en México y los Estados Unidos, hicieron una nueva versión del concierto dentro de la Prisión de Folsom en California, realizado originalmente por Johnny Cash en 1968. El músico norteamericano ha sido reconocido por sus canciones sobre las personas que han perdido sus derechos, los que luchan y no tienen voz. La banda de música regional mexicana recuperó aquel acto compasivo al destacar que, hoy en día, la población de origen hispano en esa cárcel de los Estados Unidos es de un 43%. Los Tigres del Norte at Folsom Prision, es una pieza musical de gran empatía con aquellos que sufren ese terrible confinamiento.
En Del Pueblo Funeral Home creemos que, frente al silencio ensordecedor del dolor, la música llena este vacío como un abrazo al corazón. Así, te recordamos que hacemos fáciles los momentos más difíciles.