Pero mira, Luisa, me dijeron mis compañeras, si alguna vez sientes que los pecados te doblan las piernas y te vacían el estómago, vete al campo, lejos de la gente; busca un árbol frondoso, abrázate a él y dile todo lo que quieras. Pero sólo cuando ya no aguantes, Luisa, pues eso sólo se puede hacer una vez.
Elena Garro, El árbol o fragmento de un diario (1958)
El abrazo es una expresión humana que motiva los más elevados pensamientos; incluso existe un Día mundial del abrazo, para celebrar esta señal de cariño. Se le atribuye Kevin Zaborney, un pastor del estado de Michigan, Estados Unidos; que atendía a jóvenes delincuentes y pensaba que los ambientes violentos, la falta de empatía y amor por el prójimo, habían llevado a muchos jóvenes al crimen. También le preocupaban las pocas muestras de afecto que las personas realizan en público, incluso entre familias. Así se le ocurrió crear un día para abrazar y su comunidad lo compartió. Quedó establecido en un calendario de los Estados Unidos por primera vez el 21 de enero de 1986 y pronto se popularizó y extendió al mundo.
La iniciativa de Zaborney no fue sólo una moda pasajera, los médicos afirman que los beneficios del abrazo son infinitos para la salud y comprobados científicamente; por ejemplo, fortalece el sistema inmunológico porque incrementa la producción de glóbulos blancos que ayudan a combatir infecciones y enfermedades. Los abrazos regulan la presión arterial al producir la hormona de la oxitocina, que da la sensación de placer corporal y por causa del abrazo el cerebro también produce la serotonina que influye en el estado de ánimo y genera felicidad.
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Abrazar es un acto voluntario, de grandes beneficios físicos y emocionales, pero la pandemia de Covid-19 que ha obligado a mantener la distancia física con el fin de evitar los contagios, nos ha puesto en una situación muy difícil, porque al privarnos de este necesario acto que creíamos cotidiano, también desarrollamos sentimientos y emociones dañinas para nuestro organismo. Nuestra calma y bienestar se han visto vulnerados ante la ausencia de contacto humano y nos ha orillado a una prolongada soledad.
Algunos expertos en salud mental, han sugerido la posibilidad de dar y recibir abrazos en tiempos de la Covid-19. Cuando nos preguntamos qué es lo que más extrañábamos hacer durante el confinamiento social, algunas personas responden que anhelan tener reuniones familiares y los estudiantes deseaban regresar a su vida social; pero la mayoría de las personas coincide en que quería volver a abrazar a sus seres queridos.
Una mujer en Canadá, alejada de su madre por meses, extrañaba mucho abrazarla pero al ser una persona mayor, la ponía en grave riesgo, así que inventó «el guante de abrazo», que consiste en una enorme capa de plástico colgada de una cuerda como un tendedero y al que colocaron cuatro mangas del mismo plástico a la altura de las dos mujeres. Así, el Día de la Madre de 2020 pudieron abrazarse y las dos mujeres estuvieron felices con la experiencia. Este ingenioso invento de los protectores de plástico fue reproducido por muchos abuelos y abuelas, alrededor del mundo.
Los expertos en salud mental y medicina que han explorado las posibilidades de abrazar en medio de la pandemia sugieren métodos que deben tomarse con reservas y criterio que nunca podrán sustituir a la experiencia espontánea de abrazar.
Los primero es recordar que los contagios del virus ocurren por la inhalación de gotas de saliva de una persona infectada, que se esparcen por la tos o estornudos, de manera que para disponerse a abrazar lo primero es asegurarse de que se lleva máscara o cubrebocas colocado correctamente. Lo segundo es asegurarse que las personas que se van a abrazar no presentan síntomas de infección respiratoria y entonces se puede proceder.
Los abrazos deben ser breves, voltear las caras a lados opuestos de manera que no queden frente a frente, evitar el contacto entre las manos y siempre lavarlas posteriormente. Se sugiere que es mejor hacerlo en lugares abiertos o al aire libre y evitar hablar durante el contacto.
El riesgo de contagio, según los expertos, es bajo, pero existe y lo más seguro es mantener la sana distancia. En el futuro, los abrazos deberán limitarse a las personas cercanas, a los seres queridos y habrá que consultar a las personas si desean ser abrazadas.
En las culturas de Latinoamérica, es un gran reto evitar abrazar a todas las personas que conocemos. Algunas tradiciones indican que abrazar a un árbol es benéfico porque se experimeta una sensación liberadora y el contacto con la naturaleza nos conecta con el sentido de la vida. Abrazar es un acto voluntario que surge del propio impulso, es algo que se quiere y no se abraza lo que no se quiere.
En Del Pueblo Funeral Home, entendemos que privarse de abrazar es un acto de responsabilidad social y hasta sacrificio emocional para cuidar a las demás personas. Sugerimos hacer expresiones de afecto y amor por escrito, por mensaje virtual o por carta a nuestros seres queridos en la distancia, les podemos decir cuánto les extrañamos y esperamos con avidez el momento de volver a abrazar. Por lo pronto, te enviamos abrazos virtuales y te recordamos que hacemos fáciles los momentos más difíciles.