Los amigos del barrio pueden desaparecer
Charly García, Los Dinosaurios.
Los cantores de radio pueden desaparecer
Los que están en los diarios pueden desaparecer
La persona que amas puede desaparecer…
La psicoterapia Gestalt, según sus estudiosos, ofrece la técnica llamada la silla vacía con el propósito de sanar emociones que han quedado en conflicto o asuntos inconclusos que no pudieron resolverse con ciertas personas y es muy útil cuando se trata de seres queridos ausentes. El ejercicio en terapia consiste en sentarse frente a una silla vacía e imaginar que ahí está sentada la persona con la que tenemos asuntos por resolver y se trata de hablar como si estuviera escuchando. Muchas personas han dado testimonios de una experiencia liberadora al expresar sentimientos y emociones oprimidas a quien por diversas razones no pudieron decirlas en presencia real.
Hemos vivido uno de los momentos más difíciles de la humanidad, experimentamos duelos permanentes desde la falta de libertad para salir a la calle, hasta la ausencia o fallecimiento de seres queridos. Nuestros sentimientos están a flor de piel y hemos de agregar que la época de las festividades de fin de año limitan el manejo de los diversos duelos. Para muchos de nosotros, han sido las fiestas más tristes jamás vividas, pero también es cierto que la pandemia de Covid-19 ha sido la oportunidad para hacer un llamado a cuidar la salud mental tanto como la física y es en estas fechas que se hacen necesarios todos los recursos a nuestro alcance para sobreponernos a una época de gran intensidad emocional.
Las fiestas de fin de año, se relacionan con las reuniones familiares, con la necesidad de sentirse acompañado, son costumbres que dan sentido a la vida y durante las festividades se realizan cenas donde todos los seres queridos se sientan a la mesa y lo que capta la atención de todas las personas es la silla vacía y una avalancha de sentimientos acuden también a la reunión. Entonces en necesario un ajuste en las familias, es una oportunidad para escucharse a uno mismo y entender qué nos pasa con esa ausencia, como individuos y como familia, tener compasión por nosotros, desahogarse y de ser necesario llorar.
Lo interesante es cómo trabajamos el duelo para los próximos años y para ello los expertos afirman que debemos ser conscientes de nuestro dolor, evitar abatirlo con sustancias en la medida de lo posible y darnos el tiempo necesario de vivir nuestro propio tiempo para sanar. Cada quien tiene su ritmo y no hay reglas estrictas sobre el periodo que debe durar, es un proceso particular que no debe quedar estático, pues de otro modo se convertirá en una enfermedad emocional o dolores corporales que tampoco deseamos tener.
Las fiestas de fin de año exigen mucho de nosotros; crear un ambiente alegre, socializar, adornar la casa y según los terapeutas: nada debe forzarse, todo lo que nos apetezca hacer estará bien por ahora, incluso cambiar la rutina o modificar la tradición y las reuniones sociales con pocos invitados, nos permitirán relajarnos y confrontarnos menos con los demás; sin embargo, los mismos terapeutas afirman que el apoyo familiar, la empatía con los seres queridos cercanos es de gran ayuda para el proceso del duelo.
Hay que recordar a la persona ausente que no ocupará su silla este año, hablar de ella, contar historias y anécdotas positivas. Hablar de la persona fallecida es necesario y sano para nuestra salud mental. Los duelos acallados y endurecerse ante el dolor, no es conveniente. Según los expertos, evocar a la persona ausente, ayuda a ajustar y a construir el nuevo modo de realizar los diversos festejos del año. En el futuro, sería bueno anticiparnos a los sentimientos que nos vendrán con la ausencia de un ser querido y compartirlos, hoy en día muchos hogares han tenido ausencias.
Algunos autores hablan de los sentimientos específicos que debemos atender durante el impacto de tener una silla vacía en nuestras reuniones familiares y festividades y entre otros son: la culpa y la soledad. La culpa, por no poder o no deber sentirse bien en un ambiente festivo otra vez y la soledad por extrañar siempre a esa persona ausente. Debemos recordar que ser felices está bien, que la felicidad surge dentro de nosotros mismos y si lo hacemos en honor de la persona fallecida es un acto de amor que trasciende a la muerte, porque también nuestros seres queridos desean nuestra felicidad. La soledad es un asunto que debemos tratar con seriedad, si el sentimiento es abrumador, hay que buscar ayuda profesional.
Recordemos que el apego a las personas o cosas no nos conviene, debido a su impermanencia, a que todo lo que empieza termina, incluso nuestro seres queridos morirán algún día de cualquier manera y aunque cuesta creerlo, esta pandemia va terminar también. Hay que vivir en el presente y demostrar nuestros afectos y agradecimientos a nuestros seres queridos ahora mismo ¿para qué esperar?…
Nos interesa hablar del duelo en todos los momentos, porque es una experiencia humana que debe vivirse, es inevitable y para hacer de él una experiencia sana, es necesario permitirlo, pero también calcular que se ha procesado o superado, de no ser así, insistimos compartir con amistades y parientes nuestros sentimientos y que por fortuna los medios digitales dan la oportunidad de hacerlo; abracemos desde la distancia.
Debemos agradecer el haber conocido a ese ser querido con quien compartimos un fragmento de su vida, son sentimientos genuinos que ayudan a llevar a cabo un duelo sano. Pero si es el caso de que nos encontramos ante la falta de aceptación de la pérdida y vemos que el tiempo pasa y la tristeza nos embarga, sobre todo porque entendemos que todo a nuestro alrededor es muy estresante, entonces debemos acudir a la ayuda profesional.
En Del Pueblo Funeral Home, cerramos el año 2021 con la gran enseñanza de atender nuestra salud mental, debemos hacer un esfuerzo de transformación para mejorar de forma integral. En estos años de pandemia, la silla vacía ha sido también la que voluntariamente dejamos, para mantener la sana distancia, como un acto de amor, responsabilidad y atraer de nuevo la salud que siempre será el regalo más grande de fin de año. Te abrazamos en la distancia y recuerda que hacemos fáciles los momentos más difíciles.