Para las madres migrantes, el viaje de amor, sacrificio y responsabilidad que representa la maternidad adquiere una dimensión única. En este artículo, abordaremos cómo se enfrenta la decisión de criar y proveer desde la distancia y el impacto emocional que conlleva.
La decisión de migrar y sus implicaciones
Muchas mujeres migran en busca de mejores oportunidades económicas para ellas y sus familias. Esta decisión implica dejar atrás su tierra natal, sus seres queridos y, a menudo, a sus propios hijos. La maternidad transnacional comienza aquí, con el dolor y la dificultad de separarse de los hijos, con la promesa de un futuro mejor. De acuerdo con el Portal de Datos Sobre Migración, el 48% aprox. de las personas migrantes son mujeres.
El duelo en madres migrantes
Según el neurofísico y psicólogo Jacobo Grinberg, el duelo migratorio al que se enfrentan las madres por la ausencia de sus hijos y su proceso de integración a lo nuevo, consta de tres etapas.
- Etapa uno: aparece la ansiedad y culpa, similar a la etapa de negación, por apartarse de sus hijos.
- Etapa dos: puede aparecer disociación, idealizaciones, paranoia, por asegurar su supervivencia e integrarse a un nuevo idioma.
- Etapa tres: algunas madres migrantes renuncian a tradiciones o herencias culturales para integrarse por completo a la nueva cultura.
Aunque tras la adaptación, el dolor por el duelo migratorio puede ser superado, la separación no deja de impactar en su existencia de forma permanente. Dado que el vínculo con su país de origen y sus hijos se mantiene, cualquier guiño de estos puede despertar la nostalgia por aquello que dejaron atrás.
Otros psicólogos identifican siete duelos dentro del proceso de migración. El primero está relacionado con la separación de los seres queridos; el segundo, con la pérdida de la lengua materna y aprendizaje de nuevos códigos de comunicación; el tercero, con el alejamiento de hábitos, costumbres y valores; el cuarto, con la apreciación de nuevos paisajes, aromas, olores, etc.; el quinto, con el acceso a oportunidades de vivienda, sistemas de salud, educación y trabajo; el sexto, con la necesidad de ser parte de un grupo; y el séptimo, con el riesgo para su integridad como persona.
La doble carga
Muchas madres migrantes tuvieron que dejar a sus hijos a cargo de otras mujeres o familiares para salir del país, lo que hace que se enfrenten a una doble carga: la responsabilidad de retribuir económicamente el apoyo y, a su vez, enviar el dinero suficiente para cubrir las necesidades básicas de sus hijos.
Al posicionarse como jefas de familia tienen la presión por cumplir con el rol de proveedoras sin deslindarse del cuidado, la crianza y la educación de sus hijos, aunque sea a la distancia. Aquí las tecnologías de la comunicación tienen un papel fundamental; a través de videollamadas y redes sociales pueden ver crecer a sus hijos, compartir momentos importantes y brindar apoyo emocional.
El desafío de la identidad cultural
Hay madres que deciden migrar con sus hijos y criarlos en un país diferente —sobre todo cuando son niños en etapas preescolares— por las dificultades que pueden surgir para regresar en un corto tiempo. Sin embargo, hay un constante miedo o estrés por la seguridad de su familia, debido al estado de ilegalidad que pueden vivir en un principio, así como por las dificultades de equilibrar la crianza con el trabajo.
El desconocimiento y diferencias en las políticas laborales, como licencias por maternidad o accesos a cuidado infantil, puede frustrar su capacidad de atender a sus hijos y mantener un trabajo. A nivel cultural, también se suma el deseo de inculcar el amor por su cultura, su idioma y sus tradiciones, al mismo tiempo que los preparan para integrarse en la nueva sociedad.
Herramientas y datos de interés para entender el duelo de las madres migrantes.
- Aun en un contexto de migración, las mujeres siguen creando “cadenas de cuidados”, lo que significa que, a través del apoyo económico, están preservando los lazos emocionales y culturales con sus hijos y su país.
- Según el Instituto de Política Migratoria, se estima que aproximadamente 4 millones de niños en Estados Unidos tienen al menos un progenitor que es indocumentado.
- Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población que emigra hacia otros países lo hace, en mayor número, entre los 20 y los 34 años, su etapa más productiva.
- Las encuestas de migración muestran que los motivos de migración de las mujeres, entre 1993 y 2006, son el reencuentro con familiares y la intención de integrarse a los mercados de trabajo estadounidenses.
La maternidad transnacional es un viaje lleno de desafíos y sacrificios, pero también de amor inquebrantable y determinación. Las madres migrantes enfrentan el duelo de la migración con coraje y resiliencia, mientras luchan por un futuro mejor para sus hijos. En un mundo cada vez más globalizado, queremos recordarte que en Del Pueblo Funeral Home hacemos fáciles los momentos más difíciles.