Tenemos gratitud a las cosas que se han ido.
Gaby Pérez Islas
El origen del Día de Acción de Gracias se remonta a las historias que coinciden con los hechos reales que vivieron los colonos puritanos de Plymouth, actual estado de Massachusetts, cuando tuvieron su primera cosecha de maíz, después de recibir la ayuda de los pueblos originarios para vencer las adversidades del duro otoño al que se enfrentaron en 1621.
Los practicantes de la religión protestante realizaban frecuentes ceremonias de agradecimiento a Dios por las efímeras bondades recibidas en este mundo; se dice que, como gesto de amistad y gratitud, los colonos invitaron a los indios a una comida. Esta se puede imaginar como un gran picnic en donde compartieron los alimentos endémicos del Nuevo Mundo: pavos, ejotes, maíz, papas, camote, calabazas y frutos secos. Este acontecimiento se celebra hasta nuestros días, es la fiesta nacional más importante del año en los Estados Unidos.
El 26 de noviembre de 1789, después de la unión de las Trece Colonias, el presidente George Washington estableció está celebración como oficial y de oración pública. Los valores que destacó fueron la gratitud, la libertad, la paz y la prosperidad del nuevo país.
En 1863, Abraham Lincoln realizó una proclamación para establecer el 4º jueves de noviembre como el Día de Acción de Gracias y, desde 1941, es un fin de semana feriado. En 1963, el presidente John F. Kennedy inició la peculiar ceremonia del indulto del pavo, en el que se le perdona la vida a un ave cada año. Al suculento menú de esta importante cena se han añadido gran variedad de postres, y es fundamental seguir la temporada de la National Football League que ofrece emocionantes partidos.
Otra interesante tradición es el desfile que inició la tienda departamental Macy’s, en la Ciudad de Nueva York que, desde el año 1927, se despliega en las calles con sus globos gigantes, carros alegóricos y sus artistas invitados. En la ciudad de Houston se replica esta popular actividad con el H-E-B Parade.
Sin embargo, la realidad que dio origen a esta tradición fue muy diferente: los colonos desconocieron la generosidad que los indios les brindaron y casi exterminaron a los pueblos originarios. La paz proclamada se vio vulnerada en frecuentes guerras y conflictos no deseados por la nación. Por ello, las familias norteamericanas intentan cada año renovar los valores de esta fecha tan significativa, promoviendo la unión alrededor de una mesa donde los alimentos cobran una gran importancia. Fomentan la paz y la cordialidad entre los semejantes y, sobre todo, enaltecen la gratitud como el valor más elevado.
Agradecer por lo que se tiene ahora y no después. Agradecer pues ello nos hace más conscientes de lo que tenemos y del valor de las personas que amamos. El agradecimiento debe venir desde lo más profundo de nuestro ser y tiene una relación con la felicidad, porque transforma la visión que tenemos de la vida, ayuda a superar tristezas, dificultades y angustias.
Una tradición que surgió en las islas polinesias llamada ho’oponopono, que en su idioma original se traduce como corrección, supervisión o higiene mental, es una práctica que se enfoca en la resolución de problemas para evitar mayores conflictos entre las personas. Se empieza por la familia y se continúa con toda la sociedad.
Para que esta funcione se apela a la reconciliación y al perdón. Se realizan dinámicas de oración y discusiones donde se ordenan las relaciones interpersonales con base en los valores sociales del comportamiento correcto. A veces se creía que una enfermedad se curaba con el perdón de la familia entera pues, según esta tradición, los padecimientos son causados por la mala conducta de las personas.
El decir frases como lo siento, perdóname, gracias, te amo, se consideran muy poderosas para la sanación. Esto lo comprobó el Dr. Ihaleakala Hew Len, quien tuvo a cargo la salud de los internos en una prisión en Hawaii y que, cuando estudió lo expedientes de los presos, encontró los fuertes trastornos psicológicos que llevaron a estas personas a delinquir. Así comenzó esta práctica ancestral consigo mismo y, de esta forma, devolvía la paz interior a sus pacientes al repetir todo el tiempo estas frases de gran poder. Eventualmente añadió la adopción de mascotas para cuidar y la práctica de la meditación dentro de la cárcel, ambos con muy buenos resultados.
En Del Pueblo Funeral Home nos unimos a las celebraciones de temporada y destacamos sus valores más profundos. Creemos que vivir con gratitud y, sobre todo, expresar la gratitud nos llevará a una positiva transformación. Así, te recordamos que hacemos fáciles los momentos más difíciles.