Recuerdo que, durante el funeral, uno de los amigos de mi padre se acercó y me dijo – Ahora eres el hombre de la casa- Para un niño de 12 años, era una carga bastante pesada
Mark Lemon
Hace años, los niños jugaban en los jardines o en el campo, cerca de la naturaleza y observaban los ciclos vitales. Tenían una convivencia más cercana con los seres queridos: a los abuelos los acompañaban en sus enfermedades y cuando morían, los funerales se realizaban en las casas. En nuestro tiempo, a pesar del acceso a la información mediática, los avances médicos y la migración constante, los niños se han alejado del conocimiento de la muerte y de la forma como se vive el duelo a lo largo de la vida.
Además de las pérdidas que siempre se viven por diversas causas, los niños de nuestro tiempo se encuentran expuestos a la violencia en los medios, e incluso en sus escuelas. Los adultos somos responsables de proveerlos de ambientes saludables en forma integral, lo cual es su derecho, y por ello debemos vigilar su crecimiento en donde prevalezca la salud mental hasta la vida adulta.
Muchas personas describen el duelo por la muerte de un ser querido como algo que no se termina o se olvida, y se transforma con los años. Los niños que han vivido la muerte de seres queridos viven el duelo de forma intensa, este se refleja en su estado de ánimo y en su salud física, pues reconocen las ausencias desde pequeños. Dependiendo de la educación que hayan recibido a este respecto, es como enfrentarán el dolor, la tristeza y aprenderán a vivir las futuras pérdidas de esta forma.
Si te encuentras en la circunstancia de acompañar a un niño o una niña en duelo, ya sea que enfrentes una enfermedad terminal o la de un ser querido, o porque conoces a un pequeño que ha tenido una pérdida muy significativa, aquí te ofrecemos algunas #herramientas:
- No esperes a una ‘mejor oportunidad’ para vivir con tus hijos o tus nietos las experiencias de su infancia, es ahora el momento de proveerles de tu amor, tu presencia y tener recuerdos juntos.
- Habla siempre de la muerte con los chicos, como parte del ciclo vital; señala que la vida real no se reinicia como en un videojuego, sino que se acaba. Cuando muere una mascota, cuando se marchita una planta, cuando hay una mudanza, un cambio de escuela o cuando se rompe un juguete, no hay sustitución, se vive una nueva experiencia.
- Según los expertos, los niños pueden asistir a las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos), si tienen ahí a una persona querida muy enferma. Explícales lo que verán de acuerdo con su edad, entenderán mejor de lo que piensas el funcionamiento del cuerpo humano en esas circunstancias. Durante el crecimiento mental de los niños es importante apegarse a los hechos concretos y dar explicaciones realistas.
- Como adultos tenemos la responsabilidad de aprender a manejar los propios duelos en forma saludable, de expresar las emociones y entender que no hay forma correcta de hacerlo. No te sientas débil o vulnerable ante los niños, las personas tenemos sentimientos de dolor que debemos expresar; es un ejemplo para las nuevas generaciones que los duelos hay que vivirlos, no reprimirlos.
- Siempre ten en cuenta la prevención: arreglar los asuntos testamentarios, o contratar un plan de servicios funerarios estando en plena salud, es dejar a nuestros descendientes protegidos si un día, no deseado, se quedaran si nuestro apoyo. Otros padres han previsto quiénes se quedarían al cuidado de sus hijos pequeños en caso de fallecer.
- El duelo de un niño no lo define ni lo convierte en una víctima, se trata de una circunstancia en su vida. Si bien la orfandad sería la peor adversidad, se puede convertir en una oportunidad de ser más fuertes ante la incertidumbre, de recibir el apoyo de su comunidad de adultos, de recibir afecto, refugio, de ayudarle, de compartir con ese chico o chica sus nuevas opciones. Los niños quieren seguir con sus vidas, jugar, tener fiestas de cumpleaños, tener amigos e ir a la escuela, aún en duelo. Eso no significa que no sientan la pérdida, pero tienen el derecho y la capacidad de ser felices otra vez.
- La experiencia de un terrible duelo en la infancia convirtió al escritor Mark Lemon en coach y tanatólogo, aquí puedes conocer su testimonio.
- Cuando un niño o una niña está sufriendo una pérdida, pregúntale qué siente, qué necesita, acompáñale a recordar a ese ser querido con amor. Motívale a escribir una carta o hacer un dibujo de su ser querido para expresarle sus sentimientos. Recuera que el dolor puede sanar.
- Te recomendamos la asesoría del colectivo ART (Aceptación, Re-encuentro y Trascendencia) por sus siglas en español, pues son expertos en tanatología y el primer sábado de cada mes, ofrecen información relevante, en esta ocasión a través del webinar: ¿Cómo viven el duelo los niños?, que puedes ver aquí.
En Del Pueblo Funeral Home creemos que la infancia debe vivirse en plenitud y protegida y, en caso de presentarse una pérdida fatal, ofrecemos herramientas de apoyo para que los niños y niñas continúen su crecimiento saludable y lleno de aprendizajes. Así, te recordamos que hacemos fáciles los momentos más difíciles.