Ya me gritaron mil veces
Los Tigres del Norte
que me regrese a mi tierra,
porque aquí no quepo yo…
El 25 de abril de 1846, los Estados Unidos declararon la guerra a México y, así, se iniciaba uno de los capítulos más dramáticos y dolorosos de la historia. Debido a la política expansionista norteamericana, y a la resistencia del gobierno mexicano para vender los estados del norte, se realizó una intervención armada de más de 10 mil soldados, quienes se enfrentaron a un poderoso ejército mexicano. La guerra se extendió hasta la Ciudad de México y, en 1847, se acordó la paz mediante los Tratados de Guadalupe-Hidalgo, a cambio de ceder varios estados del norte de México a los Estados Unidos.
La peor consecuencia de este enfrentamiento fueron los miles de jóvenes soldados muertos, que cayeron en las batallas sin que el ejército norteamericano pudiera recuperar sus cuerpos para devolverlos a sus familias. Cientos de ellos no pudieron reconocerse. En 1851 se construyó el Cementerio Nacional de la Ciudad de México, y fue el primer panteón estadounidense en esta ciudad, y el primero también establecido en el extranjero para honrar a los soldados caídos en la guerra de 1847.
Fue una instrucción del Congreso de los Estados Unidos para reunir en su interior los restos de los soldados y para proveer de un espacio de entierro para otros muertos de origen norteamericano que fallecieran en México. Este cementerio dejó de utilizarse en 1923 para evitar su saturación. Con un monumento, se indica el lugar de una fosa común de soldados no identificados en la guerra. Ahí están inscritas las palabras: «To the honored memory of 750 Americans known but to God whose bones collected by their country’s order are here buried».
En México, al promulgarse la Ley de Secularización de Cementerios (1859-1861), se impuso la construcción de panteones fuera de las ciudades como medida de higiene, y esto también dio espacio a la libertad de cultos para funerales de otras religiones distintas a la católica. La comunidad estadounidense adquirió, en 1898, un terreno en la antigua Hacienda de Tacuba para fundar el Cementerio Americano, en la misma zona se habían construido los panteones francés, israelita, alemán y británico.
Los panteones foráneos son parte importante de la historia de las migraciones porque ayudan a recordar a las personas, su identidad, las razones de sus desplazamientos y su relación con el mundo donde vivieron por un tiempo. Para saber más de la historia que nos vincula, y a la vez no separa, en la vida y la muerte, te dejamos estas #herramientas de información con interesantes datos:
- El Cementerio Nacional de la Ciudad de México,se encuentra en la Colonia San Rafael, y hoy en día es administrado por la American Battle Monuments Comission. Está abierto al público para ser visitado.
- ¿Sabías que el necroturismo, es una actividad cuyo propósito es visitar cementerios para recordar a las personas fallecidas, conmemorar sus hazañas, comprender más acerca de la historia y las costumbres funerarias del mundo? Desde luego, se exige un comportamiento respetuoso en cada visitante para evitar la trivialización de esta experiencia.
- Desde la guerra de 1847 es común llamar «gringo«, en forma despectiva, a las personas norteamericanas; pero según la Real Academia de la Lengua Española, su origen es más antiguo y significa extranjero. En general, se le conoce así al hablante de una lengua que no sea la española.
- Un mito popular dice que en México se le llamó en forma imperativa: «green go», «gringo» o «gringos» a los soldados, por el color de sus uniformes y la instrucción de que se fueran del país; sin embargo, la mayoría del ejército llevaba uniformes azules, lo cual pone en duda esta versión.
- Otros relatos afirman que los mexicanos tomaron ese nombre de una canción que todo el tiempo sonaba entre los soldados norteamericanos llamada «Green grow the rashes«, un melancólico poema de juventud, escrito por Robert Burns en 1783, aquí interpretada por Band of Burns.
- No olvidemos que las guerras siembran el odio entre las personas, ahondan las diferencias, alejan de la empatía y son la semilla de la discriminación social en todo el mundo.
- La triste historia de los soldados que no pudieron recibir un funeral en su país de origen nos permite honrar su memoria y recordarlos desde la distancia de su sepulcro. Por fortuna, hoy contamos con servicios de traslado para rendir y realizar un cercano y justo homenaje a cualquier ser querido, si fuera necesario.
En Del Pueblo Funeral Home sabemos que las guerras son una de las principales causas de muerte en el mundo, y que sería mejor evitarlas. Por ello, compartimos historias que nos ayuden a no repetir el pasado y a fomentar una vida entera en un ambiente de paz. Así, te recordamos que hacemos fáciles los momentos más difíciles.