A veces el dolor es tan grande que es más fácil terminar y volver a empezar
Jocelyn Arellano
En los inicios de este siglo, especialistas de la salud mental en diversos países vaticinaron que, para el 2020, la depresión sería la segunda causa de discapacidad en la población. Esta predicción se cumplió y se superó al ser una de las secuelas de la reciente pandemia. En total, cada 40 segundos, una persona se quita la vida en algún lugar del mundo.
Los trastornos en la salud mental son un riesgo que puede derivar en la pérdida de las ganas de vivir. Otras causas que se asocian a esto son las adicciones a sustancias psicoactivas, los diagnósticos de enfermedad terminal, la muerte de un ser querido o la ruptura de la pareja. La población más vulnerable son los niños y jóvenes entre 10 y 29 años con huellas de maltrato o abuso escolar, las personas de la tercera edad que carecen de apoyo o de una red social, y las mujeres casadas con hijos cuya economía es limitada o han sufrido de abusos.
Es importante entender que las personas que han intentado terminar con su vida, al no conseguir su propósito, es posible que lo repitan en una o varias ocasiones más. Con ello pueden llegar a causarse severas autolesiones, además de cargar con los sentimientos de culpa o desesperanza que son característicos de situaciones como esta.
Al considerarse una emergencia de salud mundial, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, IASP, por sus siglas en inglés, y la OMS han propuesto el 10 de septiembre como una fecha para alertar sobre este grave riesgo y empoderar a las personas en peligro para que desistan y puedan continuar con sus vidas. Se deben sanar las lesiones físicas y mentales de los intentos fallidos, ofrecer intervenciones médicas a tiempo y la difusión de todo tipo de mensajes positivos como medidas de prevención.
Este año 2022 se propone hablar abiertamente sobre la salud mental en todos los espacios de actividad social como el hogar, el trabajo, la escuela, y animar a aquellas personas que han expresado sus intenciones fatales a que compartan sus historias y busquen ayuda profesional.
Para que esto ocurra se deben abatir los prejuicios, que son una barrera importante, para evitar esta tragedia. Las personas que expresan cómo sus vidas son imposibles de sobrellevar, son juzgadas duramente y sus familias sienten temor o vergüenza a la hora de pedir ayuda. En algunas sociedades, de acuerdo con su cultura, el suicidio está prohibido y a aquellos que lo intentan se les censura o se les castiga con la ley.
Otro recurso es el acompañamiento de las personas vulnerables. En casa, se recomienda impedir el acceso a pesticidas, medicamentos o armas de fuego, y nunca dejarlas solas. La compasión siempre es necesaria, por eso comunicarse con alguien de confianza o buscar ayuda profesional es fundamental. Muchas personas expresan que son una carga para sus familias o se sienten discriminados en sus grupos sociales y habría que hacerles cambiar esa percepción con una adecuada asesoría.
La muerte en estas circunstancias es un evento terrible que afecta con severidad a la familia y a las personas del entorno social, es algo muy complejo de entender; sin embargo, una vez que ha ocurrido es necesario apoyar a la familia que ha quedado con un gran vacío. Es posible que se aíslen para cuestionarse acerca de si hubieran hecho tal o cual cosa, llenándose con sentimientos de culpa, además de la carga que supone el estigma social.
Por ello recomendamos buscar grupos de ayuda donde participen médicos, terapeutas y personas que han sufrido la misma experiencia, donde se encuentre apoyo emocional para enfrentar el proceso de recuperación. Mucha gente ha expresado que, sucesos tan dramáticos, le han llevado a iniciar la búsqueda de la espiritualidad, a conocer el desapego, a respetar las decisiones de los seres queridos, a evitar las recriminaciones y a amar sin condición.
En Del Pueblo Funeral Home entendemos que el suicidio es una de las muchas formas de morir, pero sabemos que, para evitar el inmenso sufrimiento que causa, es necesario atender y comprender a las personas que se encuentran sin esperanzas y sin ganas de vivir. Por ello es fundamental la prevención. Es necesario hablar de estos temas, informarnos y siempre estar alertas de cualquier cambio en nuestra salud mental. Así, te recordamos que hacemos fáciles los momentos más difíciles.